A lo largo de nuestra vida enfrentamos todo tipo de situaciones adversas: Aflicciones, enfermedades, penas, desagrados, divorcios, entre otras circunstancias, es por eso que la manera en cómo lo enfrentamos hace una gran diferencia en nuestra vida, de hecho, en esta vida nadie está exento de vivir estas situaciones, son parte de nuestro crecimiento y de nuestro aprendizaje.

La Salud Mental va más allá de simplemente sentirse bien, ya que incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. La parte emocional afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez.

La Organización Mundial de la Salud nos dice que: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.», haciendo hincapié de que esta definición es algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales. Este sentido la Salud Mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad, en pocas palabras, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.

¿Por qué es importante la Salud Mental?

La Salud Mental es fundamental para nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y disfrutar de la vida. Sobre este concepto se puede decir que la misión de todos los estados es considerar la promoción, la protección y el restablecimiento de la salud mental de todas las personas, las comunidades y las sociedades de todo el mundo.

Cuando las personas tienen una buena Salud Mental llevan una vida más saludable, pueden prevenir ciertas enfermedades y vivir una vida más plena, de hecho, se ha comprobado que llevar un estilo de vida sano puede prevenir enfermedades cardíacas, diabetes y ayudarnos a mantener una independencia a medida que envejecemos.

La Salud Mental es igualmente importante como la salud física, por lo cual no debemos descuidarla, a medida que vamos avanzando debemos incorporar ejercicios de destreza mental a nuestra rutina diaria, leer buenos libros y desarrollar nuestros talentos, al hacerlo obtendremos beneficios con una mente lúcida y un cuerpo saludable en los siguientes años.

La salud mental implica mantener la aptitud mental y la salud emocional en plena forma, eso no quiere decir debemos demostrar que somos lo suficientemente inteligentes para las Olimpiadas Matemáticas, o que poseemos un alto coeficiente intelectual, al contrario, una buena Salud Mental abarca una serie de actitudes y pensamientos que incentivan a lo siguiente:

– Hacer frente a los problemas de la vida

– Estar físicamente saludable

– Tener relaciones sanas

– Ser un aporte para su comunidad

– Trabajar en forma productiva

– Alcanzar su potencial

¿Cómo mejoramos nuestra Salud Mental?

La salud mental forma parte integral de nuestra vida, ya que no es sólo la ausencia de trastornos mentales, también es un estado de bienestar donde el individuo es consciente de sus propias capacidades, al afrontar tensiones normales de la vida, trabaja de forma productiva y es capaz de hacer una contribución a su familia y a la comunidad.

Por lo tanto, para que un individuo pueda mejorar su Salud Mental debe hacer lo siguiente:

Tener una actitud positiva: Cuando somos positivos nuestra mente se expande a nuevas posibilidades para resolver problemas y al mismo tiempo nos volvemos creativos.

Mantenerse en buena forma física: Se ha comprobado que el ejercicio físico mejora nuestra capacidad para actuar y pensar, por eso es aconsejable hacer ejercicio para despejar nuestra mente, de hecho, si no cuentas con un gimnasio cerca camina a donde quiera que vayas.

Conectarse con los demás: Recuerda que nadie es una isla, por eso es importante que desarrolles amistades en los lugares donde vayas: La universidad, la Iglesia a donde asistes, en tu comunidad, en círculos de amigos, entre otros lugares. De hecho, si posees un talento, practicas algún deporte o tocas algún instrumento, busca reunirte con personas con tus mismos intereses, al hacerlo te darás cuenta de lo mucho que aprenderás.

Descubrir nuestro propósito en la vida: Esta es una de las tareas más importantes que tenemos, ya que cada uno de nosotros nacimos en esta tierra con un propósito y tu misión es encontrarla, por ello, enfócate en tus objetivos primordiales.

Dormir lo suficiente: Un buen descanso es importante para nuestra mente y nuestro cuerpo, de hecho, se ha demostrado que cuando descansamos bien incrementamos la creatividad, mejoramos la memoria, reducimos la depresión y tenemos más energía.

Desarrollar habilidades para enfrentar problemas: Cuando tenemos una buena Salud Mental, empiezan a llover ideas en nuestra mente sobre como enfrentar los desafíos diarios, desde resolver la duda de un cliente enfadado hasta buscar soluciones a problemas económicos.

Meditar: La meditación es importante ya que nos permite pensar en frío. Nunca debemos tomar decisiones con emociones fuertes, por eso la meditación nos ayuda a explorar las diferentes opciones y las diferentes consecuencias de nuestros actos.

Obtener ayuda profesional si lo necesita: Los problemas mentales deben tratarse con la misma importancia y urgencia que una enfermedad física, por eso si en algún momento sientes que llevas una carga grande de pesar, una emoción fuerte o fuiste víctima de algún abuso, no dudes en buscar ayuda profesional.

Consumir alimentos ricos en vitaminas: Una buena alimentación es vital para mantener una menta sana, por ello consume alimentos ricos en vitaminas y minerales. Por otro lado, evita consumir sustancias dañinas como el alcohol, cigarrillo y drogas.

¿Qué determinantes una buena Salud Mental?

La salud mental está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos. Un ejemplo de ello, son las distintas situaciones económicas que viven ciertos países, inestabilidad que se viven allí ponen en riesgo la salud mental de las personas y las comunidades. Además, los índices de pobreza, el bajo nivel educativo y los sistemas de salud, pueden jugar en contra de una buena estabilidad emocional.

De hecho, la mala salud mental se ve reflejado en cambios sociales rápidos (inflación, devaluación de las monedas, escasez de alimentos, entre otros), a las condiciones de trabajo estresantes, a la exclusión social, a la xenofobia, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y a las violaciones de los derechos humanos.

También influyen otros factores que, si bien no están asociados a los cambios sociales de los países, hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por otro lado, algunos trastornos mentales son de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos, hereditarios o de algunos desequilibrios bioquímicos cerebrales.

Promoción y Protección de la Salud Mental

Son aquellas acciones donde se crean entornos y condiciones de vida que propicien la salud mental y permitan a las personas adoptar y mantener modos de vida saludables. Para lograr esto se debe crear un ambiente de respeto y protección de los derechos civiles, políticos, socioeconómicos y culturales, los cuales son fundamentales para la promoción de la salud mental.

Las políticas nacionales no deben ocuparse solamente de los trastornos mentales, también deben estudiar y abordar cuestiones más amplias que fomentan la salud mental, tales como el abandono infantil, la delincuencia, la promoción de la salud, la falta de oportunidades, entre otras.

Para lograr estos objetivos, se debe contar con un equipo de profesionales para que planteen y ejecuten buenas políticas de promoción de la salud mental, las cuales deben llegar a los individuos y comunidades más vulnerables, tales como:

– Comunidades de escasos recursos.

– Niños en situación de abandono.

– Madres solteras.

– Adultos mayores en situación de riesgo.

– Pueblos indígenas.

– Migrantes.

– Desplazados por conflictos bélicos.

– Damnificados.

– Escuelas rurales.

– Empresas de producción masiva.

– Políticas de vivienda.

– Programas de prevención de la violencia.

– Oportunidades y atención de personas con trastornos mentales

Conclusiones

El objetivo de nuestra existencia es que seamos felices, por ello debemos tener en cuenta que para mejorar nuestra Salud Mental es necesario invertir tiempo, esfuerzo y confianza. La mente es como un activo al cual también debemos aportar tiempo y conocimiento, recuerda que vivimos tiempos muy difíciles, por eso todas las cosas que ayuden a mejorar tu autoestima, pensar de manera positiva y a mejorar tus capacidades, siempre tu mejor inversión.

La salud emocional es una parte importante nuestra vida, cuando estamos sanos emocionalmente desarrollamos todo su potencial, trabajamos de forma productiva, hacemos frente a las tensiones de la vida cotidiana y a contribuimos positivamente con la sociedad.

Se ha descubierto que existe una relación entre una buena salud física y un estado mental saludable, ya que cuando tenemos una buena salud mental gozamos de buena salud, de hecho, tenemos una presión arterial más baja reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas, dolores de cabeza y migrañas.

Cuando somos emocionalmente sanos tenemos el control de nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. Somos capaces de hacer frente a los desafíos de la vida, podemos ver los problemas con otra perspectiva y nos recuperamos de muchos contratiempos, al mismo tiempo nos sentimos bien con nosotros mismos y tenemos buenas relaciones con los demás.

Estar emocionalmente saludable no significa vamos a estar felices todo el tiempo, significa que uno tiene el control de sus emociones y que podemos lidiar con ellas, (sean positivas o negativas), eso no quiere decir que en un momento determinado no podamos sentir ira, estrés y tristeza, lo que quiere decir es que somos capaces de manejar sentimientos negativos, sin embargo, cuando un problema sobrepasa más de lo que nosotros podemos manejar por sí solos es cuándo debemos de buscar la ayuda de un profesional.

2 Comments

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